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No te preocupes, todo el mundo está desesperado. A algunos les parece
guay. "No puedo ver el porque de todo este alboroto", dicen. "La vida parece sencilla
para mí." ¡Tienen tanto miedo que ni siquiera pueden verlo!
¿Qué dicen los expertos? Su confusión es más sofisticada, envuelta en
impresionante jerga y elaborados mecanos de construcción. Han predeterminado
sistemas de creencias con los que tratan de exprimirte. Parece que funcionan por un
tiempo y, luego, se acaba regresando de nuevo a nuestro estado original.
Solíamos poder contar con instituciones sociales, pero han pasado a la
historia; nadie confiará en ellas nunca más. Ahora son más perros guardianes que
instituciones. Los hospitales son controlados por múltiples agencias. Nadie tiene
tiempo para los pacientes, que se pierden en la confusión. Recorren con mirada baja
los pasillos. No hay médicos ni enfermeras. Se encuentran en las oficinas haciendo
el papeleo. Toda la escena está deshumanizada.
"Bueno", dices, "ha de haber algún experto que tenga respuestas." Cuando
tienes molestias, vas al médico o al psiquiatra, a un analista, a un trabajador social, o
a un astrólogo. Te haces de una religión, filosofía, vas a Seminarios de
Entrenamiento Erhard (est, siglas en inglés), o te das un empujoncito con las EFT
(Técnicas de Liberación Emocional). Equilibras los chakras, pruebas con alguna
reflexología, acudes a la acupuntura de la oreja, a la iridología, a la sanción con
luces y cristales. Meditas, cantas un mantra, bebes té verde, te interesan los Pentecostales,
espiras fuego y hablas en lenguas. Consigues centrarte, aprendes NLP
(Programación Neuro-Lingüística), intentas las realizaciones, trabajas las
visualizaciones, estudias psicología, te unes a un grupo Junguiano. Haces Rolfed,
pruebas lo psicodélico, te hacen una lectura psíquica, corres, te ejercitas tipo jazz,
vas a colonias, te interesas por la nutrición y el aerobic, te cuelgas boca abajo, llevas
joyas psíquica. Consigues mayor visión, bio- feedback, terapia Gestalt.
Visitas a tu homeópata, quiropráctico, y naturópata. Pruebas la kinesiología,
descubres tu Anagrama tipo, equilibras tus meridianos, te unes a un grupo de
elevación de la conciencia, tomas tranquilizantes. Consigues algunos chutes de
hormonas, pruebas las sales de células, equilibras tus minerales, ruegas, suplicas e
imploras. Aprendes la proyección astral. Te haces vegetariano. Comes solamente
repollo. Pruebas la macrobiótica, lo orgánico, no comes OGM (Organismos
Genéticamente Modificados). Te reúnes con curanderos Nativos Americanos, haces
una cabaña de sudación. Pruebas las hierbas chinas, la moxicombustión, el shiatsu,
la acupresión, el feng shui. Vas a la India. Encuentras a un nuevo gurú. Te quitas la
ropa. Nadas en el Ganges. Miras fijamente al sol. Te afeitas la cabeza. Comes con
los dedos, te vuelves realmente sucio, y te duchas con agua fría.
Cantas cantos tribales. Revives vidas pasadas. Tratas la regresión hipnótica.
Gritas un grito primario. Golpeas las almohadas. Haces Feldenkraised. Te unes a un
grupo de encuentros matrimoniales. Vas a Unity. Escribes afirmaciones. Haces un
esquema de visión. Pruebas el re- nacer. Tiras el I Ching. Tiras las cartas del Tarot.
Estudias Zen. Tomas más cursos y talleres. Lees montones de libros. Haces el
análisis transaccional. Recibe clases de yoga. Entras en el ocultismo. Estudias
magia. Trabajas con un kahuna. Haces un viaje chamánico. Te sientas debajo de
una pirámide. Lees a Nostradanus. Te preparas para lo peor.
Vas a un retiro. Ayunas. Tomas aminoácidos. Tienes un generador de iones
negativos. Te unes a una escuela de misterios. Aprendes el apretón de manos
secreto. Tratas de tonificarte. Pruebas la terapia del color. Pruebas las cintas
subliminales. Tomas enzimas cerebrales, antidepresivos, remedios florales. Vas a
balnearios de salud. Cocinas con ingredientes exóticos. Buscas extrañas rarezas
fermentadas de lugares lejanos. Vas al Tíbet. Vas a la caza de hombres santos.
Juntas las manos en un círculo y las elevas. Renuncias al sexo y a ir al cine. Vistes
túnicas amarillas. Te unes a una secta.
Pruebas las infinitas variedades de psicoterapia. Tomas medicamentos
milagrosos. Te suscribes a un montón de revistas. Pruebas la dieta Pritikin. Comes
sólo pomelo. Te leen la palma de la mano. Piensas los pensamientos de la Nueva
Era. Mejorar la ecología. Salvar el planeta. Te leen el aura. Llevas un cristal.
Obtienes una interpretación astrológica sideral Hindú. Visitas a una trans- medium.
Vas a terapia sexual. Pruebas el sexo Tántrico. Eres bendecido por algún Baba. Te
unes a un grupo de anónimos. Viajas a Lourdes. Te sumerges en aguas termales.
Te unes a Arica. Usas sandalias terapéuticas. Te enclaustras. Consigues más prana
y exhalas la negatividad negra rancia. Pruebas la acupuntura con agujas de oro. Le
echas un vistazo a la vesícula biliar de las serpientes. Intentas la respiración chakra.
Obtienes un aura limpia. Meditas en Keops, la gran pirámide de Egipto.
Tu y tus amigos habéis intentado todo lo anterior, ¿que decís? ¡Oh, la
humanidad! ¡Tu maravillosa criatura! ¡Trágica, cómica y sin embargo tan noble!
¡Tanto coraje para seguir buscando! ¿Qué nos impulsa a seguir buscando una
respuesta? ¿El sufrimiento? Oh, sí. ¿La esperanza? Por supuesto.
Pero hay algo
más que eso. Intuitivamente, sabemos que en algún lugar hay una respuesta definitiva.
Tropezamos por caminos oscuros en cul-de-sacs y callejones sin salida; Somos
explotados y llevados, estamos desencantados y hartos, y seguimos intentándolo.
¿Dónde está nuestro punto ciego? ¿Por qué no podemos encontrar la
respuesta?
No entendemos el problema; por eso no podemos encontrar la respuesta.
Tal vez sea ultra sencilla, y es por eso que no la podemos ver.
Tal vez la solución no está "ahí fuera", y por eso no la podemos encontrar.
Tal vez tenemos tantos sistemas de creencias que estamos ciegos a lo obvio.
A lo largo de la historia, algunos individuos han alcanzado una gran claridad y
han experimentado la solución definitiva a nuestros problemas humanos. ¿Como
llegaron allí? ¿Cuál fue su secreto? ¿Por qué no podemos entender lo que tenían
que enseñar? ¿Realmente es casi imposible o próximo a la desesperanza? ¿Qué
pasa con la personalidad media que no es un genio espiritual?
Multitudes siguen caminos espirituales, pero escasos son los que finalmente
tienen éxito y realizan la verdad última. ¿Por qué es así? Seguimos rituales y
dogmas, y celosamente practicamos la disciplina espiritual, -¡y nos estrellamos de
nuevo! Incluso cuando funciona, el ego rápidamente viene y nos atrapa con el
orgullo y la presunción, pensando que tenemos las respuestas. Oh, Señor, ¡sálvanos
de los que tienen las respuestas! ¡Sálvanos de los justos! ¡Sálvanos de los
benefactores!
La confusión es nuestra salvación. Para los confundidos, todavía hay
esperanza. Aférrate a tu confusión. Al final es tu mejor amiga, tu mejor defensa
contra las letales respuestas de los demás, contra el no ser violado por sus ideas. Si
estás confundido, sigues siendo libre.
Dejar ir. El camino de la entrega. David R. Hawkins, doctor en Medicina y Filosofía, es director del Instituto para la
Investigación Espiritual, S.A, y Fundador del Camino de la Devoción a la NoDualidad